miércoles, 28 de octubre de 2009

Never let this go.

Era tan sencillo llegar, encontrarte, verte sonreír y soñarte luego. Andar con mis rápidos pasos entre toda esa gente, para alcanzar a ver tu rostro entre ellos. Mirarte desde lejos, como derrepente desaparecias y no volvías a aparecer. No era necesario perderse esta vez en excusas, seguir esperando algo que al fin de cuentas nunca sucedería. Esperar... esperar lo inesperado. Y cuando volví a encontrarte, yo llegué tarde...

sábado, 24 de octubre de 2009

ImissYou


Es cuando despiertas en la mañana sin saber dónde estas, es cuando sientes tanto miedo de un recuerdo que parece darte vueltas el estomago, es cuando te sientes atrapado estando libre, es cuando escuchas una canción y aparecen simples imágenes de recuerdos, es cuando el cielo se vuelve de colores naranjos, es cuando el sol se acaba en el horizonte, es cuando necesitas un momento más, es cuando todo parece detenerse, es cuando mis manos estan en mis bolsillos y mis ojos perdidos, es cuando quiero llevar esto lejos, es cuando te das cuenta que no es fácil, es cuando te das cuenta que esto de tener siempre esperanzas no es del todo bueno, es cuando hay consecuencias sin darte cuenta del efecto ni del porqué, es cuando recuerdo que no podré encontrarte... Es cuando te extraño.

Read my Mind


Sé que tiene escondido un casset en su último cajon, hay veces en que se las dá de Shakespeare, nunca llora, siempre ríe, aveces los fines de semana escucha ese viejo casset de The Carpenters para recordar esos viejos tiempos, siempre conoce a gente de todos lados, será por su manera de hablar, nosé aun no descubro muy bien eso. Nunca aprendio a cocinar, pero siempre lo intenta. Tiene un diario de cuando era joven, una vez intenté leerlo pero me lo quitó de las manos y lo escondió. No se si a los demás pero a mi siempre me perdona todo y aveces lee mi mente o tal vez mis ojos será porque fue la primera en obsevarlos, no sé. Le gusta ver peliculas por la tarde, ojala las del domingo. Quizás me conoce más que nadie, quizás desea mi bien más que nadie. Y cree en mí, eso es lo mejor de todo.

jueves, 22 de octubre de 2009

Gotas de café amargo

Iba caminando con mis pasos sobre la vereda húmeda por aquellas calles que tanto conozco, donde tantas veces nos escondimos. Que mientras paseábamos entre ellas con pasos sigilosos parecían haber mil signos de precaución ignorantes, cientos de miradas con pensamiento científico exigiendo una explicación, mientras nosotros huíamos de ellas, no por miedo, sino porque no sabíamos como explicarlo tampoco y si es que llegábamos a hacerlo, sabíamos que jamás llegarían a entenderlo. Y pisaba los charcos de la dulce lluvia anterior, porque ¡como me gustaba pisar esos charcos! Que algunos evitaban como si no tuvieran fondo y fueran a caer en una especie de recuerdo infinito, o un sin fin de imperfecciones. Sostenía mi chaqueta con mis dedos haciendo que esta cayera por mi espalda, sentía mi pecho frió, ya que había de esos vientos que hacen arrastrar las hojas caídas abrigándolas a que cuenten sus secretos a los indiferentes caminantes, que pocos pueden interpretar o pocos lo llegan siquiera a percibir.

Y fueron tantas las risas que se deslizaron y se tatuaron en los muros de aquellas calles. Y para nosotros se volvía algo casual e impredecible todo esto que sosteníamos en nuestras manos, en aquellos rincones que parecían encender una luz en nuestros corazones, hacer cosquillas en el estomago, o imponer una especie de brillo en nuestras miradas que desconocía. Nunca te lo dije todo, nunca te dije lo más importante de esta historia, que ahora las hojas gritan como su secreto y que los charcos ocultan en su infinita profundidad de lluvia… porque así es; y diciéndote esto, es mi mejor manera de ocultártelo.

Un susurro que se mantiene tras tus orejas, las mentiras que escondiste en tus calcetines porque creíste que jamás las llegaría a encontrar ahí, ¿cierto? , aquella mirada tan extraña que siempre tenias cuando no te avergonzaba que te mirara tanto a los ojos, esta chaqueta que sostengo ahora que es la misma que llevaba aquel día en que una llamada no permitió el secreto que yo mantenía entre tus labios, la sonrisa que tuviste un día en esa plaza que casi no pude resistirme a cariarte, son algunos pequeños y secretos hechos que aun guardo en mi bolsillo, están todos tirados y desordenados en mis ojos cada vez que me ves, están lanzados como cartas de azar sobre veredas azules (manchadas de tus pasos), son gotas de un café amargo pero dulce esparcidas por el vestido del destino, o la suerte como llaman algunos, la maldita suerte. Si procuras buscar el secreto, cuando bajes las escaleras que muchas veces intentaste llegar con ellas al cielo, toma la carta de corazones que estará en tu puerta, ten en cuenta que cuando la encuentres lloverán gotas impotentes y esta máquina que late dentro de mi cuerpo estará inconcientemente susurrando tu nombre.

Smoke.

La idea era bastante simple, debía llegar al mismo lugar donde habia llegado todas estas mañanas, se sentaba en esa banca humeda y casi como un acto poético encendia un cigarrillo que le iluminaba toda la cara en la oscuridad. Se podia captar de lejos la luciernaga que sostenia entre sus labios, el humo comenzaba a danzar y con todo ese frío, con toda esa humedad, con toda esa oscuridad, todo venia solo... los recuerdos y melodias de aquellos días. Pero a medida que el cigarrilo se iba consumiendo, que el tiempo iba pasando, todo esto se desvanecia. Luego tomaba su chaqueta y iba directamente a la vida.

You've been running through my dreams

Recuerdo en aquellos tiempos cuando llegabas de la nada, justo cuando menos te esperaba, siempre me sorprendías. Había veces en que te buscaba horas por cada farol de la vereda, por cada banca en pequeñas plazas, y no lograba encontrarte, o tal vez no lograba verte. Porque de repente te perdías de mi vista, al principio lograbas asustarme, pero tiempo después fui acostumbrándome a perderte por momentos.