en los botones se ocultaban la ausencia del color que aparecía por tu sombra y se paraba en frente de tus manos a veces cuando le dabas la espalda al sol, cuando querías lucir una despedida sin voltear para que te quedaran mirando tu espalda blanca y tus cabellos negros, y pateas piedras, no con rabia pero siempre haz querido que alguna siga una perfecta linea, perderte en el mar, tu juego favorito, mirar a los ojos sin temblar y soñar un poco, quizás más con los sueños de los demás.