miércoles, 9 de junio de 2010

Un punto en el papel

Hasta tú me dijiste que eras una persona algo cruel, con esa necesidad incondicional de siempre decir la verdad, claro puede sonar bien de algún modo, pero tus verdades son esas que vienen muy dentro de ti con toques de rabia, días, casa de abuela, radiohead, shampoo de manzanilla, bip en mano. Entonces... podrías pensar que tengo miedo, como cualquier persona lo tendría en mi lugar, porque hasta tú me dijiste en la primera carta que quizás algún día me llegarías a hacer daño, pero también dijiste que aprendería cosas de ti. La verdad es que no tengo miedo, porque no te necesito, suena cruel para cualquiera, pero sé que para ti no sonará de esa manera. No tienes que preocuparte de estar para mí, no es tu obligación, porque sé que últimamente todo parece estar restringido por obligaciones para ti. Pero no quiero jugar ese rol, por eso te dije que no planiaramos nada; si me encuentras bien, si no... bien también. Y con todo esto te quiero, y suena raro lo sé, pero eres una persona que parece ser de esas especiales, de esas espaciales, que vienen aparentemente de otro planeta a enseñarte no sé qué cosas de la vida... ahí veremos.