martes, 6 de julio de 2010
Sombrero
Con un sombrero gastado y viejo va, viene y vendrá, es de copa negro con otra cinta negra a su fin que lo hace elegante y pulcro a pesar de la vejez que lleva encima. Se lo pone en la cabeza para esconder la lana que tiene revuelta en ella, pero los demás no lo saben, el sombrero lo tapa. Es un disfraz que muchas veces lo hace encajar, podríamos decir que tiene la mejor cualidad de los delúmanos... claro que la tiene. Aveces cuando llueve o cuando hay esa brisa particular en las tardes se quita el sombrero sin más que mostrando todo el desastre contenido. Cada vez es más difícil que se quite el sombrero, ya no bastan las condiciones del clima porque ahora se sale de a poco la cinta que lo cubre y el hilo negro que le vuelve a poner lleva consigo los máximos toques de temor e inseguridad. Y así el sombrero, si te lo cruzas por la calle trata de dar excusas de viento, apartalo de su cabeza hasta que se destiña y se arrugue.