y ahora me quedo mirándote como esos paraguas rotos abandonados en los paraderos, me acuerdo cuando las historias en tus ojos no parecían tan mentira como ahora las cuenta la gente, que ahora que recuerdo alcanzaba más el cielo en tus hombros que ahora con los pies en el piso. perdón, no se nota pero siento tu soledad más que la mía propia.