
Una banca en la esquina de esas dos calles cuyos nombres siempre intento recordar pero que jamás recuerdo. El típico helado acompañado de las típicas conversaciones acerca de cualquier tema que se nos venga a la mente, lo que hace que finalmente no sean tan típicas. Los pasos que difieren en su velocidad y unos ojos que constantemente miran con desconcierto hacia atrás intentando apurar al más lento. La osadía de cruzar la calle lo más rápido y precipitadamente posible, sin considerar jamás los peligros. Pero las cosas cambian cuando los pies rápidos se precipitan a cruzar la calle de esa manera, ahi los pies lentos se preocupan y empujan a los otros, protegiéndolos de los autos que avanzan a velocidades no tan grandes. Escaleras, exactamente 4 de 8 escalones cada una.. qué escaleras, you know. Y luego, el día termina con algo inexplicable, algo que nadie jamás entenderá y que nos pertenece, es nuestro y de nadie más. Extrañaba los viernes así, sin ese monstruito que llega en la tarde y que nos hace reír un poco, aunque finalmente llegó.. pudimos aprovechar lo nuestro. And it was all Yellow :)