Está en blanco. Ahora estoy en contra de todo lo que quiero, pero sólo es por verte feliz, porque me gusta verte así, me gusta verte sonreír.
Probablemente deba voltearme e irme después de sonreírte un poco, pensar que esa es la mejor solución por que es la mejor manera de quererte. Voltearme y irme lejos con las manos en los bolsillos. Y así serás siempre lo absoluto, y inconstantemente te mantendré en mi mente por momentos a medida que vaya pasando el tiempo.
sábado, 21 de noviembre de 2009
jueves, 19 de noviembre de 2009
Back to the Start
Lo más extraño de cuando uno tiene que recomenzar es empezar a cambiar las sensaciones, y eso es lo peor de todo. Después cuando no te acuerdas de cómo fue, ni qué hacías... entonces tienes que empezar a inventar. Y es raro porque las sensaciones cambian de golpe y hacen que te des vueltas y vueltas y vueltas en lo que piensas, y dices que puedes, pero si no tuviera esa maldita timidez en esos momentos. Es simple pero a pesar de eso los comienzos siempre han sido complicados para mí.
Mr. Fish
No hay motivos... la verdad es esa. Tal vez me he vuelto la persona más insensible pero es así, y no recuerdo, no entiendo cómo derrepente llegue hasta acá. Y estos pecesitos dorados que nadan por mi mente, no sé lo que les pasa, pero cada vez nadan más lento y ya no hacen las acrobacias de antes... espero que se recuperen. Tal vez sea yo, que he empezado a callar más cosas de las que debería. Pero al final quien esta en la pecera no son ellos, soy yo... como Mr. Fish . Pronto me saldrán escamas, pronto empezaré a llegar temprano a las cosas pero después llegaré tarde. Y probablemente llegue a hacer acrobacias como las que ellos hacían, y yo estaré en tu mente, porque no quiero seguir cometiendo estos errores tan naturales, porque no quiero seguir callando lo que sé que necesitas oír.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Nobody said it was easy
Y quise tocarte, quise mirarte.
Trepar por mi silencio y llegar suave por tus manos, romper aquella cruel y hermosa soledad que te rodeaba. Y tener tus ojos tristes, perdidos en la nada. Con los labios rojos borrar el recuerdo, quitar las hueyas en tus mejillas. Alcanzar tu frente y acariciarte de pronto hasta entrar en tus suspiros y cerrar tus ojos, suponiendo que olvidas, encendiendo una lucesita dentro de ti, que me iluminaba el mundo.
Trepar por mi silencio y llegar suave por tus manos, romper aquella cruel y hermosa soledad que te rodeaba. Y tener tus ojos tristes, perdidos en la nada. Con los labios rojos borrar el recuerdo, quitar las hueyas en tus mejillas. Alcanzar tu frente y acariciarte de pronto hasta entrar en tus suspiros y cerrar tus ojos, suponiendo que olvidas, encendiendo una lucesita dentro de ti, que me iluminaba el mundo.
.comosinada
Yo en el piso. Un hombre viejo con olor a zapatos húmedos y un
chaleco apolillado entró por las dos puertas con aire de recuerdo, se
sentó en uno de los plásticos asientos a hacer un aburrido crucigrama
del diario. Una mujer se mantenía muy pendiente en su debate
mental haciendo muecas para todos. Un mendigo subió al transporte
con mal equilibrio y olor a cigarrillos, cantó una canción sin que se le
entendiera ni una palabra… la pregunta es si después de donarle el
dinero iría por más nicotina. El conductor pasaba apretando freno y
jugaba con todos al “efecto domino”, otros leían, otros miraban
despistados el paisaje sumidos en tal vez qué cosas, otros miraban el
piso… todo estaba en movimiento, y así es como llego a casa.
Nicotina, cigarrillos. Aquel amargo sabor que te queda en los labios
cada vez que te hechas un poco del humo encima. Con aquellas
canciones argentinas, que tanto tienen para confesar, un toque como
de ron seco da a nuestras lenguas hábiles haciendo los gloriosos
tonos de la melodía con tanto significado de los enanitos. Yo esa
tarde fui a tu encuentro, porque quería contarte la típica y tonta
historia de que el protagonista había perdido no se qué cosa que
sin duda era indispensable y que lo recupera sólo porque confiesa
que fue un imbécil. Sí, esa historia quería contarte.
Y de qué vale hundirse en esta gelatina de recuerdos, quemar estos
papeles (¿piromanía?) . Pero es que la verdad, no estoy regresando
a casa, hace mucho que mi casa es algo común y absoluto, andado
con mis pasos, hablado con mis voces, reído con mis risas, pero nada
más. ¿No has sentido nunca esa maldita sensación de no pertenecer
o estar satisfecho en ningún lado? Bueno, a eso es lo que voy.
Porque si no estoy acá, podría estar allá, tal vez matando el tiempo o
haciéndolo de oro. Porque si es que hay un destino, no me parece
un juez bastante justo. Si en realidad… no, realidad no. La realidad
es diferente, es otra cosa, no hay realidad ahora… esta que acaba de
dejar de serlo, complejo ¿no?. En verdad no tengo tiempos, el pasado
ni lo toco, ni lo miro, si es que viene casi siempre es inconciente, el
presente muy de reojo (te dije recién que se iba) y el futuro cosa de
tontos planear todo… ahí veré.
Como chicle, tengo grandes orejas y orgullo, ando en micro, escucho
música, escribo de noche, camino según el animo, tomo té, guardo
secretos y tapitas de lata, tengo pesadillas a menudo, me gusta el
sonido del piano, con mis amigos reímos y gritamos y jugamos y
cantamos y caminamos porque eso se nos da bien, y eso es el
presente mirándolo, como te dije, de reojo. Y… (Leer el principio)
chaleco apolillado entró por las dos puertas con aire de recuerdo, se
sentó en uno de los plásticos asientos a hacer un aburrido crucigrama
del diario. Una mujer se mantenía muy pendiente en su debate
mental haciendo muecas para todos. Un mendigo subió al transporte
con mal equilibrio y olor a cigarrillos, cantó una canción sin que se le
entendiera ni una palabra… la pregunta es si después de donarle el
dinero iría por más nicotina. El conductor pasaba apretando freno y
jugaba con todos al “efecto domino”, otros leían, otros miraban
despistados el paisaje sumidos en tal vez qué cosas, otros miraban el
piso… todo estaba en movimiento, y así es como llego a casa.
Nicotina, cigarrillos. Aquel amargo sabor que te queda en los labios
cada vez que te hechas un poco del humo encima. Con aquellas
canciones argentinas, que tanto tienen para confesar, un toque como
de ron seco da a nuestras lenguas hábiles haciendo los gloriosos
tonos de la melodía con tanto significado de los enanitos. Yo esa
tarde fui a tu encuentro, porque quería contarte la típica y tonta
historia de que el protagonista había perdido no se qué cosa que
sin duda era indispensable y que lo recupera sólo porque confiesa
que fue un imbécil. Sí, esa historia quería contarte.
Y de qué vale hundirse en esta gelatina de recuerdos, quemar estos
papeles (¿piromanía?) . Pero es que la verdad, no estoy regresando
a casa, hace mucho que mi casa es algo común y absoluto, andado
con mis pasos, hablado con mis voces, reído con mis risas, pero nada
más. ¿No has sentido nunca esa maldita sensación de no pertenecer
o estar satisfecho en ningún lado? Bueno, a eso es lo que voy.
Porque si no estoy acá, podría estar allá, tal vez matando el tiempo o
haciéndolo de oro. Porque si es que hay un destino, no me parece
un juez bastante justo. Si en realidad… no, realidad no. La realidad
es diferente, es otra cosa, no hay realidad ahora… esta que acaba de
dejar de serlo, complejo ¿no?. En verdad no tengo tiempos, el pasado
ni lo toco, ni lo miro, si es que viene casi siempre es inconciente, el
presente muy de reojo (te dije recién que se iba) y el futuro cosa de
tontos planear todo… ahí veré.
Como chicle, tengo grandes orejas y orgullo, ando en micro, escucho
música, escribo de noche, camino según el animo, tomo té, guardo
secretos y tapitas de lata, tengo pesadillas a menudo, me gusta el
sonido del piano, con mis amigos reímos y gritamos y jugamos y
cantamos y caminamos porque eso se nos da bien, y eso es el
presente mirándolo, como te dije, de reojo. Y… (Leer el principio)
jueves, 5 de noviembre de 2009
Don't pretend
Qué costaría seguir pretendiendo un segundo más... que lleguen aquellos, que crean lo que quieras hacerles creer. Qué costaría para ti seguir siendo la misma persona que nunca fuiste. Y todos se van de ti con aires de conocerte, con la idea clara de que eres tú y nadie más. Lates, y mientes, y caes, y acabas.
Where's your selfish kiss?
No podía dormir y de fondo sonaba el delicado piano, casi haciendo pedazos mi razón. Estaba oscuro y llegaban pocos reflejos de la luz de la calle, el farol de la calle. Tal vez salir a la vereda por un poco de aire, un poco de luz no me vendría nada mal... no me vendría nada mal salir a caminar un poco sin el piano recordandome hechos. Tal vez debería sacar esa caja que tengo muy escondida en un cajón y ver los cuantos recuerdos que tengo ahí, para acordarme un poco de cómo fui ayer. Porque lo real ya se vuelve ficción. Y nunca sé si realmente sé dónde estoy ni pórque estoy. De aquí, por acá. Si es que realmente importa dónde estoy ¿Vaz a venir a encontrarme?
martes, 3 de noviembre de 2009
Violeta
Que simple era nombrarte. Algo tan poético que me llevaba a otras dimensiones, de neblina... todo era confuso, los colores y siluetas. Y yo... perdiéndome porque no quería encontrarme, no habia razón para hacerlo. Mirarte, verte (no son la misma cosa) yo podía desaparecerte si quería... ahora no me queda otra. Y brújulas, nunca necesité direccion. Relojes ¿para hacer valer más el tiempo? Perderlo, gastarlo ¿pero cómo ahorrarlo? Y sonreíamos, buscando el porqué de la satisfaccion de las tardes naranjas... era bastante fácil, porque siempre te encontré en esas tardes y el violeta era el que me iba despidiendo despacito y tu mirabas y callabas. Yo me iba y volteaba, tu te olvidabas y mañana de nuevo despacito llegaba por la vereda.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Jazz y Blues
Con jazz y blues, con un té por la mañana, con los ojos abiertos, con los pies frios, con la luz amarilla, con la tarde naranja, con esa canción que siempre me hace tomarle más sentido a las cosas, con el mismo lapiz todas las noches para escribir en el mismo cuaderno, con mi mente en cualquier parte, con los pies en cualquier parte que no sea el suelo, con el orgullo de ser una persona completamente diferente a él, con los sueños siempre presentes, con la fé en cosas que posiblemente muchos no crean reales, con principios pero sin sermones, con las ganas de huir pero quedandome, con el tiempo en no sé dónde ¿qué tiempo? , con las mismas pesadillas de una mujer de piel blanca y ojos profundos, con la espera de sitios lejanos, con risas y lagrimas, con sonrisas y ojos cerrados, con amigos y enemigos, con promesas y mentiras, contigo y conmigo.
Trenes
La tarde era fría, estaba nublado. Baje las escaleras y aún no habías llegado, subí de nuevo y me compré un chicle, y la señora que puso el dulce en mis manos tenía las manos frías. Baje las escaleras otra vez, masticando el caramelo, con el gorro puesto, las manos en los bolsillos y los pantalones sucios. Busqué un rinconcito en la estación para esperarte ya que debían pasar 5 trenes, pero llegaste en 2. Supuestamente debías aparecer con la mirada perdida buscándome por todas partes, mientras yo miraba indiferente con la música fuerte, hasta que después me encontraras.
Pero llegaste con toda esa gente, mirándome fijo, riéndonos como tontos por la abuela misteriosa que estaba a mi lado en el rincón.
Pero llegaste con toda esa gente, mirándome fijo, riéndonos como tontos por la abuela misteriosa que estaba a mi lado en el rincón.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)