Y si daltónicos
fuéramos para no perderse tanto en estos colores que
ensordecen, como si pudieramos ir y pisar la linea dibujada de tiza y hacer la diferencia. Vaciar el pensamiento. Subir la montaña que esta altisima, sí que lo esta. Y con un huracan de sensaciones porque eso es mirarte, y mentirte cada vez que exiges, exiges ir a la linea. Poco que ganar, mucho que perder. Asi es la pauta, la maldita pauta.