Si es que no hubiera ni una ventana, podríamos hacer un hoyo en la pared, entrarían todos los monstruos en la noche... y no te dejarían dormir, tendría que espantarlos, abrazarte y decirte que todo esta bien, acariciar tus mejillas hasta que duermas de nuevo. Pero el sol nos despertaría primero que a todos con sus manos cálidas, también llegaría el viento de primavera y tal vez se quedaría a tomar un poco de té por la tarde, las hojas de otoño te contarán todo tipo de secretos, y las noches en que los monstruos no vengan a asustarte podríamos ocupar la luna de hamaca y soñar un poco.