domingo, 5 de septiembre de 2010

Peces


la saliva pasa por mi garganta, me rasco el cuello, y en silencio escucho tu explicación de todo el tiempo, toda mi ausencia y tu dolor... es eso, y no puedo mirar tus ojos tristes con todo eso que me perdí por miedo, y deslizo la mirada a un rincón donde trate de encontrar en qué pensaba por no ir a ese café esa tarde, donde busco las razones de porqué llegue aquí y apareces tu como antes, como te conozco, como las historias que les cuento o recuerdo, o como las historias ajenas que escuchabamos del resto. ha pasado tiempo y me he pasado escapando de todo, viviendo fugaz de lugar en lugar, de tren en tren, pero nunca he podido sacarte de mi mente. ¿hicimos las cosas bien?. pero es que fueron muchas cosas y no me quedo más que huir derrepente, no sé porqué terminó, pero si estoy aqui... es porque quería verte. y si... quedaron ahí destruidos en un estúpido resort, que nos debe unos impuestos impagables por derribar nuestros mejores recuerdos. pero volví porque creo que la historia no terminó, y es que siento que la vida se mueve tan en vano comparada con antes. ¿sabes? eres como berlín, porque aunque viva en esa maravillosa ciudad y aunque me proponga salir todos los fines de semana a un mercano o algún pueblo, siempre termino pensando que me queda todo por conocer, siempre termino pensando que hay mucho más... eso eres tú. y sabes de que otra cosa me di cuenta? nunca bailamos, nunca viajamos, nos faltaron muchas cosas por hacer. entonces... viaja conmigo, ya sé que ahora las cosas son diferentes, pero te mostrare las cosas de otra forma, echa el vistazo que tanto quieres a otras vidas, a una conmigo. ven conmigo, y si es que prefieres quedarte con la vida que tienes y me miras de la forma en que lo haces ahora, dare la vuelta y me iré por la puerta, fue bueno verte.